Se dice que este
es el siglo del conocimiento, y esto se debe, en gran medida, a los avances en
las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). Es notable
observar la velocidad en la cual la tecnología va avanzando. Cada día las
distancias se están acortando, al punto que se puede observar, en vivo y en
directo, eventos que ocurren en lugares distantes de la tierra. Muchas
personas, en diferentes partes del mundo, observaron los ataques terroristas a
las Torres Gemelas en Nueva York. Otra gran cantidad observó en sus
televisores, ordenadores personales y hasta en sus teléfonos móviles, el
tsunami ocurrido en Japón en el 2011.
Todo está más
cerca y al alcance, especialmente el conocimiento. Para las generaciones venideras
será difícil creer que las noticias y correspondencia viajaban a lomo de mula. Hace
solamente cincuenta años atrás los accesos a la educación superior eran un
privilegio para unos pocos. Resultaba aún más difícil adelantar estudios
formales en el área de la Teología. Viajar algún seminario requería salir del seno
del hogar, iglesia y hasta el mismo país para emprender una misión de
abnegación. No eran atrayentes para la mayoría de feligreses.
La historia ha cambiado fuertemente en los
últimos cinco años. El ritmo que ha impuesto el avance en las TIC ha producido
cambios significativos en la manera en la cual se concibe la formación
académica. Las universidades han pasado de ser el claustro en el cual el
estudiante va y recibe formación, a unas instituciones más dinámicas, las
cuales van directamente al lugar donde el estudiante se encuentre, sea su
hogar, trabajo o sitio de esparcimiento.
Una de las herramientas más importantes
que ha permitido estos alcances ha sido la Internet. La globalización junto a
la Internet han presionado avances cada vez más grandes para interconectar
procesos, personas y países. El uso de las páginas web y el correo electrónico
han acercado cada día a más a comerciantes y gente de negocios. Portales de
redes sociales como Facebook, Twitter, Google+, Pinterest, Linkedin, entre
otros, han acercado a más personas alrededor del mundo como nunca antes se ha
visto en la historia de la humanidad. Se puede decir que el mundo es ahora más
cerca y que las barreras sociales y culturales han ido cayendo gracias al uso
de la Internet.
Ante la velocidad de estos avances, la
educación teológica no podía quedarse rezagada. Muchos Seminarios de educación
teológica han visto una oportunidad para capacitar a siervos de Dios para el desarrollo
del ministerio, a través de la distancia. Ahora existe una nueva puerta para
brindar formación académica de calidad sin sacar al estudiante de su contexto
familiar, laboral y social. Se puede decir que los seminarios ahora están
llegando al lugar donde se encuentra el estudiante. Esto ha sido posible
gracias a los significativos avances en las TIC.
Son muchas las ventajas que se han logrado
en el campo de la educación teológica, entre ellos se pueden resaltar:
a. Acorta las distancias: La educación
teológica virtual ha permitido que una gran cantidad de pastores en ejercicio,
candidatos al ministerio, maestros, evangelistas, predicadores y miembros de
las iglesias puedan acceder a educación teológica de calidad sin tener que
dejar a un lado sus familias, iglesias y empleos. El resultado de ello es un
creciente número de estudiantes y de instituciones que permiten este tipo de
formación e intercambio académico.
b. Baja los costos: Una gran ventaja de la
educación teológica a través de las TIC es la rebaja en los costos académicos.
Estudiar de forma presencial representa para el estudiante una gran inversión
de dinero en transporte, alojamiento y alimentación. Añadido a esto están los
costos de matrícula y materiales, lo cual hace que la formación académica
presencial sea muy elevada para la mayoría de estudiantes.
c. Concede manejo de tiempo: La educación teológica
a través de las TIC permite que los estudiantes puedan organizar su tiempo
para el desarrollo de las actividades de estudio. Ahora el estudio no es una
camisa de fuerza que no deja espacio al estudiante-trabajador para sus otras
actividades. Este avance ha permitido que muchos más estudiantes se matriculen
en la formación teológica virtual.
d. Desarrolla el aprendizaje autónomo: La educación
teológica a través de las TIC ayuda a que el estudiante desarrolle su
capacidad de aprendizaje autónomo. La educación virtual ayuda al estudiante a
esforzarse en la realización de los trabajos y proyectos, así como a
seleccionar la información que la misma Internet ofrece. Ayuda a que el
estudiante obtenga un desarrollo de su mentalidad crítica y analítica ante el
cúmulo de información que se le presente.